miércoles, 12 de noviembre de 2008

DORADA


Ya os dijimos lo grandes que eran las doradas por aquí (hasta de cuarenta kilos), parecen merluzas. Lo que no dijimos fue su sabor, ahora ya estamos en disposición de ello…mmmmm buenísimas!!
Para su elaboración hemos optado (según Arguiñano) por hacer un acompañamiento a base de patatas. Para ello se cortan muy finitas, se salpimientan y se ponen en una cazuela de barro con abundante cebolla y pimientos picantes, tres (recordar que son de los que no se comen). Se realiza una salsa con un poquito de aceite de oliva virgen y abundante vinagre de modena… después de estar en el horno unos quince minutos se le añade agua, poquita, o bien cerveza, o ron… aunque con agua se mantiene mejor el sabor primario del vinagre. Una vez que estén casi echas (más de media hora) se saca del horno, y se le añaden las doradas limpias, salpimentadas, con thym y pimiento amarillo, verde y rojo por encima.
Quince minutos en el horno es necesario para que se hagan correctamente. Si te pasas con ellas en el horno pierden su sabor azul, y se secan en demasía.
Porque vaya sabor azul…nos han salido buenísimas…y sino, mirar la foto…que está para comérsela!!
Antes de servir, todavía en la cazuela, se le añade un poquito de jugo de limón.
Una recete que combina lo de aquí y lo de allá.

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