Los bordes de la carretera cada domingo hacen su particular agosto.
Las parrillas, todas, son grandes latas cortadas por la mitad, con una rendija en la misma.
El pollo, es costumbre tostarlo al máximo… tizón vaya… para la ingestión hay que quitar la piel.
El olor: a un kilómetro a la redonda llega el humo tan característico por estos lares… cosa de atención es.
Y las colas: todos los domingos, es típico por todos degustar… así que todo dios ahí al lado de la carretera que espera a ser servido… entre humo y humos.
Y como te lo sirven: en bolsas de papel, con salsa… y cortadito por los muslos, pechugas y alas.
Costumbre es: el pollo de los domingos.
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