jueves, 30 de abril de 2009

COLORÍN - COLORADO


Con un pelín de cosquilleo, esto si que es ya colorín-colorado. No sin antes pasar una de las semanas más maravillosas desde que llegamos… parece que ya todo se funde y la manera de pillarle el garbo finalmente ha sido lenta pero fructífera… un recuerdo imborrable.
Elisa ha vuelto al trabajo, y entra en la semana de despedida… el coche, creemos que ni hartos le vendemos (ya ha cumplido su función en ésta vida)… y Schoelcher, ahí queda… y lo más importante; ahí quedan las gentes que últimamente nos están haciendo la vida más feliz… porque estos otra cosa no, pero felicidad desprenden a raudales. Cada día que bajamos al borde del mar (todos) no faltan conversaciones y planes que hacer… aunque tan solo sea; estar juntos… y pasar pensando de una manera amena que la vida es buena y tiene todavía mucho por descubrir.
Las sensaciones de satisfacción y tristeza han socavado profundamente en estos días en los que estamos exprimiendo la última gota, obteniendo todo el elixir que la experiencia nos está brindando. También ha habido momentos de casa, de cenas (esta semana nos lo hemos currado bien con las tapas… para que ésta gente pruebe nuestra gastronomía, después de éste largo tiempo en el que ellos nos han enseñado la suya)… y por fin el sábado de madrugada salí a alta mar. Uno de los sueños ha realizar cuando pensamos en el Caribe… eso de la barquita, el pescado… pues llegó el día. Y la verdad; como experiencia vale mucho, pero hay que estar hecho de una madera especial para el asunto. Salimos el sábado a las cuatro de la mañana y no regresamos hasta el domingo a las once de la noche. Atí “el Pope de Madinina” me ha brindado la oportunidad de aprender como se las gastan… la de vueltas que me dio el estómago madre mía… muchas veces no pude resistirme ha echar los intestinos… y otras, como un campeón, a tirar de la red… el resultado: cien kilos… que se dice pronto… y un mal cuerpo de narices. Además de una chamuscada facial considerable… pero nada me quitará la sensación tan horrible y satisfactoria a la postre de pasar un día en alta mar, rodeando otras islas en busca del triunfo marino, y echándole más paciencia que el Alcoyano… porque una cosa tiene el pescador: paciencia.
Colorín-colorado: última semana en la Isla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y ya estais cerquita nuestro!!!

M3