sábado, 25 de abril de 2009

TIRAMOS QUE NOS TOCA


Como la semana pasada: de vacaciones… y muy gratas la verdad. Últimamente estamos en continuo vaivén… fluyendo, o simplemente dejándonos llevar…
La verdad, ya nos encontramos como en casa, y a decir verdad valga la redundancia; estamos en casa.
La semana ha deparado tantas circunstancias que nos cuesta recordarlas todas…los momentos se tildan de inolvidables, y las innumerables citas en las que nos vemos metidos parecen ya de ese mundo que vinimos a vivir… nada ahora parece tan ajeno como hace siete meses.
Esta semana ha hecho un calor de tres pares de demonios, por lo que a la playita seguimos adictos… ya tenemos el cuero tan tullido como los de aquí (aunque ya sabéis que el color se te va en un santiamén)… el coche ahí sigue en pleno efecto, nos va a dar también hasta pena despedirnos de él… y no es la primera vez que de coña hablamos de meterlo en un barco y llevarlo para allá, porque de veras que todos los ruidos que digamos que hace se quedan cortos con los que en realidad hace… y cada día se va sumando uno nuevo… suma y sigue; el eje delantero está para prao… mientras que no se salga una rueda nos damos por contentos. El lunes hemos llevado al sur a la italiana y al Clemente (por eso de intentar hacer migas)… y han flipado. No sabemos si se reían por no llorar, por no agobiarse, de nosotros, o porque simplemente les hacía gracia… pero ahí que íbamos los cuatro y el coche erre que erre… eso sí, efectivo como el solo. Por eso creemos que hasta nos dará pena, no así como de la italiana y el Clemente, porque la verdad; la cosa no fluye… parecen buenos chavales, pero no hay tu tía…con él mejor que con ella… la verdad es como una mosquita muerta… pero bueno por todas las partes se intenta, y si surge un plan juntos… pues ale, allí que vamos (eso de cerrar puertas así porque sí no va mucho con nosotros en éstas circunstancias). En el sur que nos plantamos y el diluvio padre que nos cayó cuando estábamos a mitad de la playa. Con toda la ropa empapada ¿dónde se está mejor? Pues evidentemente dentro del agua… ¿dónde si no?
Y si no estás empapado pero quieres empaparte… ahí está el miércoles. El cumpleaños de un colega. Elisa y yo decimos de él que tiene lo mejor del Pope… el tipo es la amabilidad hecha persona (y encima cumpliendo cincuenta años se propuso tirarse como las bodas gitanas; tres días… la movida empezó ayer, hoy hay esta montada, y mañana para los supervivientes continua en la playa). Miércoles en su casa fiestorro, o como lo llaman aquí: SoundSystem. Bebida, comida, dj reagge, ganja por un tubo… y buen royo… charletas de lo más siniestro por doquier, y gente que no para de ofrecerte cualquier cosa para que te sientas como en tu propia casa (el puding de papaya estaba increíble, las tartas para que contaros… y de bebida: a tropel… de todo... a pedir por la boquita). Así que tiramos allí toda la noche… porque encima para más inry las vistas que teníamos no eran moco de pavo, y ver por la noche esa cantidad de mar iluminado no tiene precio… uno de esos días que difícilmente se nos irá del chicolo… que fácil que es montárselo bien cuando tienes a tu lado gente que arrima el hombro. Como éstas, una por mes por lo menos para en realidad ser capaces de controlar la máquina. Éste Pope de Madinina ya nos lleva y le llevamos dentro. El jueves para no perderle garbo también anduvimos fuera de casa todo el santo día… y el viernes de lo mejorcito fue la cena que nos pegamos al borde del mar para celebrar el cumpleaños de Tomás… cogiendo fuerzas para la llegada del sábado: cumpleaños de Sylvia. Vaya semanita… y es que en agosto cómo se da el asunto de cama no se da ningún mes. Éste fue algo más idílico, comida y bebida como en los anteriores… pero con el aliciente de tener una piscina y hacerlo desde el mediodía… así que ahí que tiramos todo el día con los colegotes… el ambiente se tildó algo así como una despedida ya que Sylvia en poco más de una semana se va, y el resto pues pocas ocasiones (la verdad) hay para verse… aquí cada uno ya va a su pedo… y cuando nos vemos; un homenaje al castellano que hacemos.
El domingo como se puede intuir; vegetamos, nos dimos un buen baño purificante en la mar, visitamos a los individuos que aquí nos hacen felices, y comimos, para no perder garbo, fetén…
Hasta la semana que viene… menos tres.

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