DOS SOLES

Nuestra concepción de la hospitalidad seguramente cambie a partir de esta experiencia. Estamos como en casa y nos lo hacen sentir (no es solo palabrerío).
La segunda semana la hemos pasado en casa de Alexandra y Fabián (dos soles), si amigos si, continuamos sin casa…buscamos, y requetebuscamos…visitamos... tenemos a gente con la que compartir, pero la cosa está realmente chunga (imaginaos que los chicos con los que buscamos habían recurrido a una inmobiliaria…que horror!!). Todavía no sabemos lo que tenemos en la mochila porque ni lo hemos sacado.
Es un poco agobiante…sobre todo porque necesitamos ya nuestra independencia total.
Aunque todo suma, todas las experiencias valen para mucho…nos vamos moviendo mejor, Elisa ya ha comenzado las clases y muy bien…no meten tanto miedo como parece!!...y mientras tanto a la búsqueda de casa todos los días…con Alexandra (que no veas como se sobra, es una todo terreno, nos encanta, ahí está siempre para facilitárnoslo todo…a veces nos parece que en demasía...pero parece ser que ella es así; sus palabras son: “hasta que no estéis a gusto no os vais de mi casa”…entonces con acciones tales, no sé, se te encoge el corazón, te hace sentir esa chispa, eso tan gratificante, y que hace que el día brille solo por estar con ella. Es una hospitalidad a raudales…con total naturalidad…y humanidad). Y con Fabián (su novio, muy majete el tío…de pocas palabras, pero con un total espíritu rasta). La vida en casa ha sido muy agradable, hemos cocinado (langostas, pizzas, carnes…a la brasa, y a la parrilla, pasta, arroces)…bebido, fumado (Sergio, ya está. Terreno conquistado…por cincuenta te dan si tienes suerte medio kilo…es el paraíso…en la calle hay que saber moverse, pero no es difícil encontrar)…encantados con las vistas (la foto lo constata), y charlado…esto mucho.
Casi todos los días hemos bajado a Schoelcher, (porque la casa está en Terreville, un pelín hacia la montaña) un par de ellos nos bañamos; el agua aquí está más calmada, puedes nadar sin ningún tipo de problema. La arena es negruzca, volcánica…un poco más fea. Pero hay playas, dos…y con palmeras y barracas…no está nada mal!!
La semana ha sido eso: buscar, estar y aclimatarnos a todo esto (los mosquitos es el último paso que nos queda, superado ya el horario). Cosa reseñable y sobre todo aquí, son las lluvias…llueve todos los días; chaparrones, diluvios (dicen que una semana como ésta hacia tiempo que no tenían. Años. Lo mejor de ello es que ha bajado la humedad y ya no estamos todo el día sudando).
Así hasta el viernes diez…nuestro primer gran día aquí.
Parece ser que todo por fin a salido…todo los frentes que teníamos abiertos han confluido y de golpe y porrazo tenemos coche y casa. Si, por fin…el coche lo pagamos y nos lo dieron en el día. Un Peugeot 106 Kit. Blanco. Pequeñito. Con cd y buenos bafles…ya lo veréis!! La casa nos la dan la semana que viene…esta bien, es de nuestro gusto, seguro que allí estamos bien. Tiene de todo (y es que las que vimos estaban absolutamente vacías: sin platos, ollas, tenedores, camas, sofás, algunos tampoco tenían cocina, o frigorífico…nada, diáfanos y vacíos. Muy grandes o muy pequeños)…y los compañeros parecen muy majos (son franceses, estudiantes, jóvenes…y van a pasar un año aquí…también de espíritu rasta…con lo que eso conlleva de humo!!). La cosa tiene buena pinta de antemano… a ver lo que el destino nos depara.
La cara y nuestra visión han dado un giro, empezamos la independencia…y para ello lo primero que hemos hecho es coger el coche y emprender destino al sur…allí nos encontraríamos con nuestros compañeros españoles (en la sección de viajes veréis el lugar y el fin de semana que allí pasamos).
Esperando la próxima semana como agua de mayo. Nuestro hogar. Aunque dejemos atrás dos soles…