jueves, 30 de octubre de 2008

RESIDENCIA CITRONNELLE


La primera casa que visitamos, de todas, para alquilar, al final resultó ser con la que nos quedamos, y es que el piso tiene muchas posibilidades…a primera vista ya nos encantó.
Cuando encontramos a Mathieu y Christelle (que llevaban un mes viviendo en una especie de hostel, y no encontraban nada), y después de visitar uno que ellos había buscado (por el que pedían una burrada) y estar un par de días en contacto, decidimos que sí, que íbamos a ser compañeros de piso.
La idea de éste piso siempre la hemos tenido presente, así que ahora, si la amoldamos bien viviremos de lujo, o eso esperamos!!
El piso tiene cien metros cuadrados. Dos habitaciones, una cocina que ya está equipada (después de dos días), dos cuartos de baño, salonazo y una terraza tocha.
Lo que hemos pensado ya que en él vamos a convivir una pareja y dos individuales: es hacer una habitación en el salón…el que acceda a quedarse en ella tiene terraza. La bombilla se nos encendió…por mil cosas que confluían, todos los puntos fuga coincidían…queríamos ser nosotros!!
Una habitación como nos la imaginábamos podía ser posible. Así que enseguida dijimos que nosotros hacíamos una habitación en el salón y ellos se quedaran con las dos individuales…sonaba todo tan bien en nuestra cabeza (ya os contaremos)…y ya queríamos desempaquetar la mochila, y tener nuestro sitio de independencia…empezar a construir la vida que hemos venido a vivir. Empezar a sentirnos con independencia!!

Los paquetes, cartas o lo que queráis… la dirección es:
Res. Citronnelle
Ravine Rouza
97233 Schoelcher
Martinique

El día quince firmamos el contrato y por fin nos instalamos aquí, de momento nosotros estamos en una habitación y ellos en otra (en camas separadas. Las tuvimos que montar nosotros porque al casero no le dio tiempo ya que ese día le llegaban la cocina, las camas, y tenía que limpiar, arreglar el grifo, una de las bazas, sacar cosas. Porque él, tenía poco, pero no había sacado nada. Ni la televisión ,no se que hará con ella…le hemos dicho que se la lleve…es de plasma, muy tocha, cuesta un pastón, y como la rompamos no se yo…el decía en un principio que nos la alquilaba, pero pasábamos…la cosa es que solo tiene una moto, y no tiene como hacer la mudanza, y lo que es peor, casi no tiene ni donde meterla…las baldas se las ha llevado…la tele, al final no, el sabrá…quedó claro que no la queríamos, pero la ha dejado…y con canal satélite. También ha dejado el teléfono).
Para hacer funcionar la convivencia nos fuimos de compras todos juntos, como una familia; era necesaria una bombona (que vaya como cuestan…la primera han sido setenta y tres euros, las siguientes son a veintitrés…mierda de precios), y cosas para el hogar (papel higiénico, bayetas, detergente, cosas de comer, beber, etc).
La convivencia y nosotros, empezamos a funcionar como nos gusta. Tres semanas ha costado!! Estamos bien, y también lo hemos estado, han sido tres semanas de incertidumbre, aunque tenemos la sensación de haber llegado ayer. Raro.

Después de haber cambiado la rueda, el coche parece que funciona bien, sigue sin gustarnos un pelo, pero estuvo cuatro días sin darnos la murga…hasta el viernes.
El viernes había una fiesta que organizaba Silvia (asistente de español en Lamentin, a quince kilómetros de Fort de France dirección suroeste) y a ella asistiríamos…para ello se vino Tomas desde Carbet con el que pasamos la tarde…y ya el coche dando problemas…pensábamos que era la batería, porque al empujar se encendía…y ale, salíamos del paso. A eso de las ocho y media recogimos en la autovía a Rafa y a Elizabeth, una chica americana que conocemos. Cuando de repente, y en plena autovía el coche se paró por completo…menuda mierda. El seguro que hemos sacado no cubre la grúa a menos de cincuenta kilómetros de la vivienda, y eso que la Isla tiene ochenta. Llegó una, nos puso las pinzas, pagamos cincuenta euros por el desplazamiento, y con la misma para casa…fue: susto y disgusto.
Esa noche la acabamos bebiéndonos unos ti punch, charlando e intentando dormir…el coche nos agobia, es una realidad.
A la mañana siguiente, prontito, quedamos con Justin (el que nos lo vendió) para llevarlo a su mecánico de confianza, Philip. El coche se nos volvió a quedar parado en una gasolinera cercana al taller. La verdad es que tanto Justin como Philip, se han portado con nosotros muy bien…o nos están haciendo la cama, pero como nada sabemos de mecánica, ajo y agua. El coche estaba arreglado ese mismo día por la tarde, y eso que era sábado. Por lo visto era un cable que servía de alimentador a la batería. Vaya que otros sesenta euros!!
Ya con el coche en marcha, paramos en el supermercado para hacer cena, y pasar una noche tranquila, que es lo que necesitábamos, una noche de sábado hogareña y tranquila…cuando de repente a eso de las diez de la noche y casi sin saberlo, porque no nos habían avisado ni Mathieu , ni Christelle; nuestra casa se empezó a llenar de gente, unos cuarenta, todos ellos erasmus (alemanes, ingleses y americanos) y martiniqueños. Una típica fiesta erasmus se organizó en casa. Por estos rollos, y muchos más como “gran hermano chorras” nunca Elisa hizo uno…empezamos a agobiarnos, sabíamos que los vecinos protestarían, la tele, nuestra casa, cocina, salón, terraza…todo invadido…y sin estar preparados para estos menesteres…ni ganas…no teníamos el cuerpo para un trote semejante. Así que lo que decidimos después de una llamada fue irnos. Dirección al sur, Le Marin…a un poco más de media hora, diez canciones tardamos en llegar, y en sentirnos bien después de todo…encima vimos hasta un concierto!!
El domingo lo pasamos en la playa, idílico, otra vez en la Punte Des Salines…dos fines de semana seguidos en la misma playa…pero vaya playa!!...y ésta vez si que estaba en plenas condiciones, y eso que por allí también pasó el ciclón. Comimos en una barraca…y nos bañamos hasta cinco veces!!
De vuelta para casa era inevitable pensar en qué circunstancias se encontraría nuestra casa…si había ido la policía…mil cosas, todas ellas disipadas una vez que llegamos. Todo estaba en orden, increíble pero cierto…no es que estemos en contra de las fiestas, sino que cuarenta personas son muchas para meter en una casa residencial.
Vaya semanita…la seguridad parece ser que no es nuestro fuerte, aunque tengamos ya piso y coche!!

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